lunes, 31 de agosto de 2015


Y volví.

Volví básicamente por una necesidad extrema de escribir, por un simple arrebato cuando estaba sentado frente al ordenador. Por uno de esos momentos en los que uno se pone a mirar todo lo que ha hecho en esta vida, y se encuentra con este blog que tenía medio abandonado

Hoy me apetece soñar, me apetece disfrutar, me apetece que seamos nosotros la fiesta, los invitados, las copas y el champán con el que brindemos esta noche.

Ahora mismo siento miedo, mejor dicho pánico. Dicen que los cambios son para mejor pero ¿y si no?

Lo que queda de 2015 y 2016 va a ser un año terrorífico: 2 bodas, un viaje sorpresa, viajes de final de curso, mi ansiado viaje a Nueva York, la temida selectividad y mi nueva vida en Madrid.

Ahora mismo mi estomago es un amasijo de nervios porqué el septiembre que me espera es un septiembre bonito, lleno de eventos, lleno de amigos, familiares, sorpresas, y esos si, muchas lágrimas.

Llevo año soñando en el momento de marcharme a Madrid, de dejar de lado mi vida por aquí y cumplir mi gran sueño de vivir en una gran capital. Pero al mismo tiempo tengo la misma sensación que tiene una persona cuando está en el abismo de un acantilado. Es una ciudad completamente desconocida. Enorme en comparación a Gandía. Sin conocer absolutamente a nadie.

Y si, se me había olvidado decirte que vuelvo por aquí, espero que para más rato.

Feliz día

Vicent

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